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viernes, 30 de septiembre de 2011

Otoño


"Cuatro árboles" de Egon Schiele

hoy
las hojas muertas
iban más rápido que yo



Henri Meschonnic

jueves, 29 de septiembre de 2011

No amanece




                                                                            Pasan los días y no amanece 
José Antonio Llamas


Hoy se produjo esa imprecisión a la que pongo tu nombre.
Temí que no volviera a amanecer y se diluyeran tus huellas.
Sabes que en la cordura hallo en ti mi vereda.
Sin tener certidumbre de la proximidad del alba
Tu perfil difumina mis cavilaciones.

Mañana, esa indefinición de tu faz en el agua,
Y el dolor de tus labios,
Un futuro que se devora en eterna noche.

Tu partida desata mi mente de la tierra.

Juan Pedro Fernández Blanco

lunes, 26 de septiembre de 2011

la luz se oía

mark rothko

(...)
Toda la luz se oía
igual que el merodeo de las olas
dentro de él.

(...)

Luis Muñoz

sábado, 24 de septiembre de 2011

Biografía




Atesoró recuerdos temeroso
de su pobreza íntima:
el billete de un viaje en autobús
con su mejor amigo a una playa recóndita,
la caja de cerillas de un hotel
donde se amaron con temor y con furia,
una foto de carnet con la marca grabada
de unos labios intensos
o una pulserita de cuero
que le anudó una chica en una fiesta oscura.

Los recuerdos se hicieron un vapor enseguida.
Tuvo luego otros
que le colmaron de imágenes
y le abrumaron con distancias
y quiso desprenderse de sus lazos
de afecto, de sus trampas cálidas,
de sus mensajes sin orilla.

Claro es que fue en vano. Y que al hacerle falta
les añadió veneno y miel y tuvo para ellos
ocasión y aventura, capítulos muy largos,
un destino inefable.

Luis Muñoz en “Manzanas amarillas”

miércoles, 21 de septiembre de 2011

The way





Formas de vida

"He renunciado a la felicidad
por perseguir un mundo imaginario",
dijiste con los años.
No te creí.
Ni renunciaste a un cierto modo
de la felicidad, tan parecida
a un mundo imaginario,
ni la pensaste nunca al otro lado
de aquello que se busca.

Tampoco yo,
que me subí a sus barbas
y que estuve cruzado por cielos tortuosos,
llegué a pensar así, como tú suponías.

Pero recuerdo siempre tus palabras
cuando quiero un camino de retorno.
Ellas me hacen volver sin demasiado esfuerzo
y me anuncian los lindes del cansancio.
Muerden además
y a lo largo del tiempo no han perdido
la amargura dulce de aquella cercanía,
ni el fervor apagado,
ni la señal que dobla en cada página
una lección inversa.

Luis Muñoz en "Manzanas amarillas", 1995

martes, 20 de septiembre de 2011

Comunicantes




El olvido, que come de mí mismo
y que come mi mano,
debe saber también,
igual que un cisne,
que le persigue siempre una pregunta,
un ¿ahora qué? que hace temblar
un resto de raíz en la memoria.

Le quiero igual que a una libreta nueva,
igual que a todo aquello que no me obedece
pero me interesa y le intereso.
Le temo igual.

Luis Muñoz en "Querido silencio"

sábado, 17 de septiembre de 2011

El gran cariño


En el aniversario de la muerte de mi abuela Enriqueta, a la que tanto quisimos y admiramos. De la que tanto aprendimos.





El abrazo siempre necesario y
la palabra esperada siempre.
La sonrisa tierna y generosa
el regazo envolvente amparo
y el cariño serenidad de fruta madura.
Una triste alegría:
La de estar todos juntos
incluyendo, siempre, las ausencias
tan presentes…

Los girasoles y las rosas.

Así era ella.
Casa, ella era casa. Dulcemente.
El refugio acogedor e imprescindible.



 
Su imagen me sigue curando, como cuando era niña y tenía fiebre. Lamento que tuviera, durante toda su vida, el miedo pegado a los huesos. Pero era inevitable.
A ella debo, también, mi amor a los libros, a la palabra, a los relatos. Y la atenta mirada puesta en los demás.
Yo quería ser como ella y no lo he conseguido.
Siempre conmigo. Mi agüelita.


miércoles, 14 de septiembre de 2011

el próximo segundo






Eolo enfurecido

“Desde que nací estoy lleno y vacío de mí
mismo y así conozco que la verdad más
inocente es un destino.”
                        Juan Gelman


Quisieras que el dolor se replegara
como la adormecida ola
en las tórridas noches de verano,
poco a poco, reptilmente,
que en su huída arrastra suavemente los despojos
y se alumbrara tan solo con destellos salpicados
del candil de tu memoria derrotada,
mas siempre triunfa la versión de Eolo enfurecido
y al iluso olvido codiciado
sucede el implacable puño
que te hunde la daga en las entrañas
y recuerdas que ya estás herido para siempre,
que no bastan como antaño los anhelos,
que los años te estorban, te apisonan,
y las grietas de los pies amarillean,
al esqueleto lo presientes más que antes
y sobrevienen adúlteros tus sueños
en mugrientas pensiones de una noche,
y en medio de esta jungla
que aborreces,
del tiempo que te engaña
en cada recodo de tu calle
que, después de tantos años,
tantos días ni siquiera reconoces,
ahí sigues, solo
y con el alma dolorida.

Retírate; no te obstines,
asume el fracaso y la tiniebla,
que el miedo a la nada es peor que ese dolor
que - al menos- alimenta la locura de estar vivo
mientras crees que el escozor está curando las heridas.


Déjate arramblar por todas las galernas
que despiertan a las olas timoratas,
revuélcate y permite que el agua te salpique
y en tu rostro se incrusten los cristales,
a la espera de alguna sorpresa, un sobresalto,
aunque cada vez aparezcas ante el mundo más extraño
y seas extranjero en el próximo segundo.


Pedro Gollonet

(Gracias a Javier por iluminar mi ignorancia y descubrirme versos nuevos.)

martes, 13 de septiembre de 2011

Aquel otro




Hoy vino a verme el que no fui:
aquel otro
ya para siempre inexistencia pura,
ardid verbal para el hubiera sido,
forma atenuada de decir no fue.

Ahora lo entiendo:
quien no fui ha triunfado,
la realidad no lo manchó, no tuvo
que adaptarse a la eterna sordidez,
jamás capituló ni vendió su alma
por una onza de supervivencia.

El que no fui se fue como si nada.
Ya nunca volverá, ya es imposible.

El que se va no vuelve aunque regrese.

José Emilio Pacheco en "Como la lluvia"

sábado, 10 de septiembre de 2011

El gran silencio




“(…) Como comprenderás, no es cuestión de estrategia. No hablo de secretos ni de engaños. Hablo de ser tú mismo. Si lo revelas todo, si desnudas todos tus sentimientos, pidiendo comprensión, pierdes algo fundamental para tu noción de ti mismo. Necesitas saber cosas que los demás no saben. Lo que los demás no saben es lo que te permite conocerte a ti mismo.”

Don DeLillo en “Punto omega”.



En mi interior hay galerías,
túneles, largos pasillos.
En algún rincón una orquídea,
allá una pequeña nube, diluyéndose,
tal vez un poco de pan y vino.

Haré del gran silencio la novela de mi vida.

Un libro cerrado en cualquier lugar del laberinto.
Un libro mudo que nadie leerá.

Monalisa

viernes, 9 de septiembre de 2011

Ensayo de Educación



Para recortar más en educación y como, según Esperanza Aguirre, esto es sólo un ensayo para cuando gane el PP, se va a implantar un sistema  para que todos los alumnos se eduquen desde casa a través de una plataforma on-line.
Esta es una lección de ejemplo:




Ejercicio práctico: repite lo que hace el muñeco “coco” tres veces. Si no tienes puerta batiente no importa, prueba con la pared, de todas formas vamos cuesta abajo y contra un muro…

Si has demostrado haber hecho correctamente los ejercicios (para poder evaluarlo, debes demostrar tener, al menos, tres chichones) pasas a la lección siguiente: "Cuál es la izquierda y cuál la derecha". En caso contrario repite la lección hasta que consigas el número de chichones suficiente. Además serás incluido en el grupo de los tontos.

Si no tienes ordenador en casa o, teniéndolo, no lo sabes utilizar, quedas excluido del sistema. Total, tu futuro no nos importa en absoluto.

SEGUIREMOS INFORMANDO DE LOS ENSAYOS PARA LA EDUCACIÓN MIENTRAS VOSOTROS SIGÁIS PAGANDO POR ELLA. SE ADMITEN SUGERENCIAS SIEMPRE QUE SEAN GRATIS.


tu sombra



Todavía tu sombra llega
y me invade la casa.
Conversa con las cosas.
Extrañamente tuya
esa presencia muda.
Como si tú quisieras
amarme sin saberlo.
Como si un otro tuyo
se saliera de ti
para buscarme.

Renata Durán



miércoles, 7 de septiembre de 2011


Mein Herz gleich ganz dem Meere,
Hat Sturm und Ebb und flut,
Und manche schöne perle
In seiner Tiefe ruht.



Mi corazón se asemeja mucho al mar:
Tiene tormentas, corrientes y mareas,
Y algunas bellas perlas
En sus profundidades.

H. Heine, Das Fischermändchen (La pescadora)






martes, 6 de septiembre de 2011

Poesía vertical XVI




Versión simple del mundo:
el lugar que encontramos.

Versión más ajustada:
el lugar que dejamos.

Versión perfeccionada:
el lugar para buscar otro mundo.

Versión casi definitiva:
el lugar de una ausencia.

Y otra más todavía:
el lugar que nos prueba
que ser no es un lugar.

Y la última versión:
el mundo es el lugar para aprender
que ser no necesita lugar.

Roberto Juarroz

sábado, 3 de septiembre de 2011

El cuadro que no termina



He leído, recientemente, una de las reflexiones más acertadas y más bellas sobre el cuadro de “La Meninas”, de Velázquez. La escribe José Mª Álvarez en un libro de sus memorias, reproduciendo un antiguo artículo que él escribió a modo de meditación sobre el gran pintor.
He entresacado algunos párrafos que describen muy bien el espíritu y la grandeza de ese cuadro, y de su creador, para quien lo quiera disfrutar. Lo mejor, indudablemente, es verlo en el Museo del Prado. Es un cuadro que, sin duda alguna, no dejará indiferente a nadie.


 “He dicho muchas veces que los artistas, los grandes, no vienen de ninguna parte ni van a parte alguna. Salen solos, como la Luna; resplandecen –un brillo inconmensurable, imperecedero- y son tan inexplicables como la belleza y el esplendor del firmamento. El milagro de Velázquez, esa gran Luna solitaria, asciende sobre el erial de la pintura española del siglo XVI.”
“Velázquez es único y gigantesco por la misma razón que Shakespeare, Homero o Tolstoi: porque es capaz de actuar sobre nuestras emociones con tan alta intensidad y profundidad como la vida misma, porque su arte va más allá del Arte y es, simple y llanamente, un pedazo de Vida. Y conseguir eso no hay receta que lo explique. Misteriosamente se nace Velázquez o no.”
“Velázquez es grande e inolvidable porque no está sorprendiendo una realidad estática, sino su emoción, su animación, su vida. (…) Sabe desde el principio, con esa fuerza de lo que está en la sangre (como la alegría, como el coraje, como el amor), que hay otra pintura, y esa otra manera estará siempre en él, hasta su muerte, en una perpetua metamorfosis, como una ebullición constante de mejoras, de perfeccionamiento de su obra. Es tan fascinante, repito, como el fluir de la vida, como la fuerza de esas sensaciones con que nos arrebatan la desesperación o el amor.”
 “Cuatro siglos después de que en la calma de su estudio soñara sus telas, sigue produciéndonos las más intensas emociones, la más turbadora sensación de contemplar la pintura perfecta, la pintura de la Pintura, la Pintura con mayúscula.”


“Contemplad el rostro de Velázquez, la paleta ligeramente abandonada; esa arrogante mano derecha que detiene el pincel. Sus ojos ven el mundo como un dios a su Sueño.”
“Las Meninas es sobre todo un cuadro de la mirada: la mirada con que nos contemplan para siempre aquellos fantasmas helados en un momento de su vivir. Los personajes no son retratados: Son conscientemente dejados a la posteridad ya juzgados y ya absueltos.”


“El instante se ha detenido. Todos los personajes, sorprendidos en un momento de cotidiana felicidad, detienen su quehacer y sus miradas. Un segundo. Y así son entregados. Pero revestidos de tal encantamiento, que ese instante también nos detiene a nosotros (…) Casi hubiésemos podido quedar reflejados en el espejo: Porque el cuadro sigue en nosotros. Las Meninas es quizás el único cuadro que no termina. Es la pintura barroca por excelencia. El sueño de la vida y el sueño del Arte se funden: figuras sugeridas y que nosotros deberemos llenar con nuestra memoria. Porque estamos en el cuadro y lo estamos para siempre simplemente porque la mirada de los personajes va más allá de nosotros y nos incluye. (…) aquí no es la luz, sino el retrato de la luz; quiero decir, el tratamiento de la luz como un rostro humano, con su historia; no se imita, se añade al mundo una luz nueva. (…) Jamás tela alguna nos invitó tanto a entrar en ella, a ser con ella, como La Meninas.”

Algunos detalles del cuadro que son magníficos. Lástima que en las fotos no se pueda apreciar, por ejemplo, cómo están pintadas las manos, o cómo trabajada la luz. Porque es imposible explicarlo, hay que meterse dentro del cuadro que no termina.