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viernes, 30 de noviembre de 2012
jueves, 29 de noviembre de 2012
lunes, 26 de noviembre de 2012
Cuéntame
Luis García Montero comienza su novela “No me cuentes tu
vida” con estos versos:
En Varsovia, una muchacha hablaba así:
si quieres acariciarme, yo no me opondría
si quieres besarme, puedes hacerlo
te permitiría que me desnudes lo senos.
Pero debes saber que a papá lo fusilaron los alemanes
y a un hermano mío lo quemaron en los hornos.
Si quieres acariciarme, yo no me opondría
pero debes saber que todos estos muertos
aúllan en mí
y yo toda, soy ceniza.
Bésame, pero que no te sepa amarga.
Geo Bogza
No me cuentes tu vida.
No me des la mitad de lo que ya no quieres.
Benjamín Prado
Desoyendo al autor, quiero decirte: Por favor, cuéntame tu vida. Dame, aunque sea, la mitad de lo que ya no quieres. Dame la mitad de tu pena.
Monalisa
domingo, 25 de noviembre de 2012
miércoles, 21 de noviembre de 2012
Compañera de hoy
Compañera de hoy, no quiero
otra verdad que la tuya, vivir
donde crezcan tus ojos,
dando tu luz, tu cauce
a lo que veo y siento...
Deshacer ese ovillo
oscuro del temor,
encontrar lo perdido,
quebrar la voz del sueño...
Y lenta, lentamente
aprender a vivir,
de nuevo, de nuevo,
como en una mañana
cargada de riqueza.
Alfonso Costafreda
miércoles, 14 de noviembre de 2012
viernes, 9 de noviembre de 2012
Construyendo historias
Muerde el viento
La lluvia muerde
Ellos
se muerden y se besan
En la lejanía se muerden
en la soledad se besan
Su conjura contra el silencio
puede traspasar distancias
Aunque a veces
quieran simular que lo ignoran
Monalisa
domingo, 4 de noviembre de 2012
De nuevo
De nuevo el azar...
Y hoy se me han quedado pegados a la boca estos versos:
"El traje de las lágrimas
lo he encontrado siempre cortado a mi medida"
jueves, 1 de noviembre de 2012
Recuerdos
Nunca he sabido poner
en orden los recuerdos. Nunca sé cuáles desechar y cuáles conservar. Como a
todos les encuentro algo de valor (en mayor o menor medida), siempre decido
conservarlos todos. Por eso ahora las paredes, rincones y anaqueles están llenos de
muertos grandes y pequeños. De todos los colores. De todas las épocas. Por eso
la tristeza se pasea a sus anchas por las estancias. Sin disimulo, con descaro.No se esconde. No.
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