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viernes, 3 de mayo de 2013

Confesiones de una intransigente (II)



Me acostumbré, desde niña,
a que nadie me entendiera.
Ni cuando hablaba ni cuando callaba.
Ni cuando no paraba ni cuando me aquietaba.
Así que ya sé, desde antesde, que nadie me entenderá.

Emprendo la que tal vez sea la tarea más dura de mi vida.
Sé que nadie comprenderá que aunque el giro sea absoluto
en el fondo todo está igual.
Que mi silencio nunca será entendido.
Que el porqué es poderoso y urgente.
Que no hay nada de lo que yo sea dueña.
Que ni siquiera me pertenezco.
Y que nunca fui yo.

Estoy acostumbrada. Lo asumo.

Monalisa



2 comentarios:

  1. Me gustó pero no sé si son las confesiones de una intransigente, de una incomprendida o de una intransigente incomprendida. Te confieso que lo he releído varias veces.

    Me encanta la foto de la mujer cebra de luz.

    Abrazos.

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    Respuestas
    1. Presley, lo has entendido perfectamente: una intransigente incomprendida. Me ha gustado mucho lo de "mujer cebra de luz".

      Abrazos

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