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domingo, 28 de diciembre de 2014

mar







Y entonces fue la lluvia sobre el mar


Lo había olvidado
pero no hay nada como
la lluvia sobre el mar


Que los sonidos silencio
                              que mi soledad la nada.


Monalisa




jueves, 25 de diciembre de 2014

tu nuca



 Edvard Munch



Y aquí entre dos calmas
lejos del cementerio
abro un libro de silencios
por la página de tu espalda
y encuentro la palabra alegría
y la palabra alegría lleva acento
y yo se lo quito
y te lo pongo en la nuca.

Pedro Casariego




domingo, 14 de diciembre de 2014

TERROR PREVENTIVO





Ventana borrascosa abierta al borde
de las ruinas,
ven y asómate, hermano,
¿no ves en esta trama
preconcebida de la inquinidad
como un tajo feroz mutilando el futuro?

Y allí mismo, detrás de la estrategia
irrevocable del terror, ¿no escuchas
el sanguinario paso de la secta,
la marca repulsiva
del investido de poderes,
sus rapiñas, sus mañas, sus patrañas?

Atroz historia venidera,
¿en qué manos estamos, cuántas trampas
tendrá que urdir la vida para seguir viviendo?

J.M. Caballero Bonald en "Manual de Infracciones"




jueves, 11 de diciembre de 2014

Si aún...






Si alguien llama a tu puerta, amiga mía,
y algo en tu sangre late y no reposa
y en su tallo de agua, temblorosa,
la fuente es una líquida armonía.

Si alguien llama a tu puerta y todavía
te sobra tiempo para ser hermosa
y cabe todo abril en una rosa
y por la rosa se desangra el día.

Si alguien llama a tu puerta una mañana
sonora de palomas y campanas
y aún crees en el dolor y en la poesía.

Si aún la vida es verdad y el verso existe.
Si alguien llama a tu puerta y estás triste,
abre, que es el amor, amiga mía.

Gabriel García Márquez




jueves, 4 de diciembre de 2014

... y tuvo tus ojos






A LA MAÑANA SIGUIENTE CESARE PAVESE NO PIDIÓ EL DESAYUNO

Solo bajó del tren,
atravesó solo la ciudad desierta,
solo entró en el hotel vacío,
abrió su solitaria habitación
y escuchó con asombro el silencio.
Dicen que descolgó el teléfono
para llamar a alguien,
pero es falso, completamente falso.
No había nadie a quien llamar,
nadie vivía en la ciudad, nadie en el mundo.
Bebió el vaso, las pequeñas pastillas,
y esperó la llegada del sueño.
Con cierto miedo a su valor
-por vez primera había afirmado su existencia-
tal vez curioso, con cansado gesto,
sintió el peso de sus párpados caer.
Horas después -una extraña sonrisa dibujaba sus labios-
se anunció a sí mismo, tercamente,
la única certidumbre que al fin había adquirido:
jamás volvería a dormir solo en un cuarto de hotel.

Juan Luis Panero




Uno no se mata por el amor de una mujer. Uno se mata porque un amor, cualquier amor, nos revela nuestra desnudez, nuestra miseria, nuestro desamparo, la nada. 

Cesare Pavese




sábado, 29 de noviembre de 2014

CUATRO






Yo te estaré esperando al borde del silencio.
Mis manos, sin espinas, tendrán olor de alba
tendiéndose al ocaso con nostalgia punzante.
Y tú vendrás con la luz en la espalda.
Y amanecerá en modo inverso,
y las rosas del viento caerán desorientadas
en un escorzo tímido de guía equivocado.

Y todo mi silencio florecerá de extrañas
palabras olvidadas
quedándose mi yo de ahora arrodillado
frente a mi yo de entonces, trascendente
de amanecer y estrella.

Y toda la distancia en la mano de un niño
será un pájaro tibio que se duerme.

Y este tu yo de ahora dirá adiós con la mano
a ese tu yo de entonces, completo como un mundo.

Julia Uceda en "En el viento, hacia el mar"




miércoles, 26 de noviembre de 2014

La pérdida de la ignorancia



"Marte" de Velázquez


No escribas tus memorias.
Lanzarán a tus pies aquel que fuiste,
como un cadáver enemigo.
Cuando el pasado empieza a ser mentira
queda muy poco ya para llevarse:
una inútil e indigna convicción,
una errónea crueldad. Apenas nada
de lo que tengas que volver a hablar.
La alegría de un viejo es el silencio.

Joan Margarit en "Misteriosamente feliz"




lunes, 17 de noviembre de 2014

HOTEL


Edvard Hopper

                                                                                                 Azar o necesidad,
                                                                                                 tal vez ambas cosas


Hoy en el ventanal de un hall sin nadie
la pena de los árboles al llegar el crepúsculo
y un cansancio de coches y de gente.
Pienso que tú no estás, que esto es Lisboa;
con poca cosa más ya hubiese escrito
un poema de amor cuando era joven.
Pero el viento, las luces encendiéndose,
el tráfico, la gente aprisa, a ciegas,
como sabiendo adónde van, me evoca
lo difícil que ha sido vivir juntos.
Cada uno de los dos carga esta pena
del otro, sin saber qué hacer con ella.
Quizá el amor es esto. Y añorarte
en el cristal -que se hace cada vez más oscuro-
de un hotel donde ignoro a qué he venido
quizá tan sólo a estar lejos de ti.

Joan Margarit en "Misteriosamente feliz"





Confesiones de una intransigente XI






Nunca calculo los riesgos
cuando me sumerjo en los días,
los sucesos, las pasiones,
lo previsto y lo imprevisto,
en los enamoramientos
-esa palabra que dicen que no existe-
ni mucho menos en el amor
-que sí existe-
No,
no calculo los riesgos: ni los míos
ni los ajenos.

Las historias vienen hacia mí y me arrastran
y me arrasan.
No sé resistirme
ni poner cortinas
ni sumar distancias
ni hacer guiños ni regates
a lo que me llama con tan firme determinación
ni sé mirar para otro lado
porque sólo veo ante mí los siete mares
océanos de emociones
posibilidades de dar
manos llenas de entusiasmos
corazón mirando al sol.
Y me sumerjo sin remedio.

Mucho más tarde veo los riesgos
cuando ya son realidades,
cuando ya me han golpeado y herido,
cuando ya otros se han rendido
y entonces ya nada importa.
La herida me ha marcado
como un beso en el aire
que casi nadie ve.

A pesar de todos los pesares,
los riesgos aún no entran
en la tabla de probabilidades
de mis cálculos.

Hay tanta gente que no lo entiende,,,
pero, por favor,
no intenten cambiarme.


Monalisa




miércoles, 5 de noviembre de 2014

jueves, 30 de octubre de 2014

Viaje





Estoy pensando en ti dentro de un tren
parado en la estación de una ciudad
en la que nunca estuve.
Una estación de andenes fatigados.
De difícil crepúsculo.
Cuando se acaba el tiempo
es tan desolador atreverse a soñar.

El tren arranca y cruza frente a unos edificios.
Detrás de una ventana iluminada
distingo el interior: es un instante
con las vagas sospechas de unas vidas.
Tampoco es mucho más lo que conozco
de lo que hemos llamado nuestro amor.

Joan Margarit en "Misteriosamente feliz"




jueves, 23 de octubre de 2014

Vivo allí donde estuve




Desde un lugar que aprendo
a registrar cada mañana, vuelvo
sobre mis pasos y te aguardo
allí donde estoy solo.
                                   Matinal
ofertorio del sueño, donde escribo el nombre
de tu vida, te vas desentrañando
entre las hoscas hojas conjuradas
de la noche. Eres la privación
donde me sacio, la apremiante
verdad con que te niego
cada día, el cuerpo intranspirable
donde acude de nuevo lo perdido.

Vivo allí donde estuve,
junto al mar delirante, libre
velocidad inmóvil orillada
de fuego, bosque espectral
de la alegría.
                      ¿Qué me queda
de aquel itinerario, habitaciones
clandestinas, subalternos refugios
del amor, qué me queda
después del sortilegio? Ser
feliz un instante y perderme mientras
vuelvo sobre mis pasos cada día.

José Manuel Caballero Bonald en "Quién sino tú"




domingo, 19 de octubre de 2014

Después del incendio



 Bruno Catalano

Tengo que recoger mis escombros
darles la forma humana que tenían
y seguir adelante

Que no haya brasas en los ojos
ni nubes de humo negro en el alma

Algunas cicatrices
por aquí y por allá son aceptables

Lo demás es echarse el dolor a la espalda
limpiarse las cenizas
y continuar andando

Óscar Hahn en "Señales de vida"




lunes, 13 de octubre de 2014

en tus ojos





Llegar desde mi isla
al bosque de tus ojos

Me envuelves en la noche

Voy desde mi centro
hasta tus párpados

Monalisa




sábado, 4 de octubre de 2014

Nadie está solo






En este mismo instante
hay un hombre que sufre,
un hombre torturado
tan sólo por amar
la libertad. Ignoro
dónde vive, qué lengua
habla, de qué color
tiene la piel, cómo
se llama, pero
en este mismo instante,
cuando tus ojos leen
mi pequeño poema,
ese hombre existe, grita,
se puede oír su llanto
de animal acosado,
mientras muerde sus labios
para no denunciar
a los amigos. ¿Oyes?
Un hombre solo
grita maniatado, existe
en algún sitio. ¿He dicho solo?
¿No sientes, como yo,
el dolor de su cuerpo
repetido en el tuyo?
¿No te mana la sangre
bajo los golpes ciegos?
Nadie está solo. Ahora,
en este mismo instante,
también a ti y a mí
nos tienen maniatados.

José Agustín Goytisolo





miércoles, 24 de septiembre de 2014

Luz





No se mueve ni una hoja
Inmóviles verdes y ocres
Sobre el blanco gris azulado
Del cielo otoñal
Tampoco mi cuerpo se mueve hoy

Momento mágico y clarificador
Luminoso mundo al que apenas me asomo


Monalisa




martes, 23 de septiembre de 2014

momentos esenciales




"Como en todas las vidas, en la mía había unos cuantos momentos esenciales, deslumbrantes de tan reveladores, que te sacan del alma las verdades más hondas y escondidas, y que de pronto te dicen más de ti mismo y del mundo que todos los libros y la sabiduría de los maestros, y que ya se quedan en la memoria para siempre, haciéndose fuertes en ella contra todo tipo de asaltos de la inteligencia, de razonamientos y remedios, y señoreando en el pasado a su capricho y a su arbitrio, indestructibles, crueles, sordos a toda súplica."

Luis Landero en "El balcón en invierno".




jueves, 18 de septiembre de 2014

Espera






Y tú me dices
que tienes los pechos rendidos de esperarme,
que te duelen los ojos de estar siempre vacíos de mi cuerpo,
que has perdido hasta el tacto de tus manos
de palpar esta ausencia por el aire,
que olvidas el tamaño caliente de mi boca.

Y tú me lo dices que sabes
que me hice sangre en las palabras de repetir tu nombre,
de lastimar mis labios con la sed de tenerte,
de darle a mi memoria, registrándola a ciegas,
una nueva manera de rescatarte en vano
desde la soledad en la que tú me gritas
que sigues esperándome.

Y tú me lo dices que estás tan hecha
a esta deshabitada cerrazón de la carne
que apenas si tu sombra se delata,
que apenas si eres cierta
en esta oscuridad que la distancia pone
entre tu cuerpo y el mío.

José Manuel Caballero Bonald en "Quién sino tú" de Bartleby Editores




sábado, 13 de septiembre de 2014

Otoño




Ven otoño manso
con tu canción triste y ordenada
con tu limpia nostalgia de luminosos
y alargados caballos al paso
tu música de silencios enarbolados
con renovadas lluvias
y charcos ocres que remedan ojos hacia atrás
             remanso de falsa inmobilidad
con tus dedos largos en la hondura
y un nuevo comienzo regalado
ciclo bendito

Cuídame en serena quietud
sálvanos de la enajenación de las horas
del círculo que arde
de la devastadora espera del tiempo sin tiempo
con tus místicos tintes dulces de olvido

Otoño de oro
dórame la piel
             Y el corazón


Monalisa









domingo, 7 de septiembre de 2014

Qué sería sin ti que viniste a mi encuentro






Qué sería sin ti que viniste a mi encuentro.
Qué sería sin ti sino un corazón durmiente.
Sino esta hora parada en la esfera del reloj.
Qué sería sin ti sino ese balbuceo.

De ti aprendí todo sobre las cosas humanas.
Y vi desde entonces el mundo a tu manera.
De ti aprendí cómo se bebe de las fuentes
Cómo del transeúnte que canta, se toma la canción.
De ti aprendí hasta el sentido del estremecimiento.

En cuanto a lo que me concierne, lo aprendí todo de ti.
Que es de día a mediodía, que un cielo puede ser azul
Que la felicidad no es un quinqué de taberna.
Me tomaste de la mano en este infierno moderno
Donde el hombre ya no sabe lo que es ser dos.
Me tomaste de la mano como un amante feliz.

El que habla de felicidad a menudo tiene los ojos tristes.
El desengaño no es acaso un sollozo
Una cuerda rota bajo los dedos del guitarrista
Y sin embargo les digo que la felicidad existe
En otra parte que en el sueño, en otra parte que en las nubes.
Tierra, tierra, he aquí sus ensenadas desconocidas.

Louis Aragon




jueves, 4 de septiembre de 2014

Pinceladas






                         Nada me pertenece
sino aquello que perdí


---o0o---


(La amarra del amor nos hace libres)


José Manuel Caballero Bonald en "Quién sino tú" de Bartleby Editores




lunes, 1 de septiembre de 2014

Gracias a ti...



 


                                                                    Gracias a ti
cada uno de mis días es un mundo limpio y perfumado que huele a melón.
                                                                    Gracias a ti
todos los frutos se ofrecen a mi mano como si yo fuera el sol.
Gracias a ti sólo pruebo la miel de la esperanza.
Gracias a ti late mi corazón.
                                                                     Gracias a ti
mis noches más solitarias son como un kilim de Anatolia que sonríe
desde la pared.
Gracias a ti al final de mi camino, sin llegar a mi ciudad,
                       he descansado en una rosaleda.
Gracias a ti, no dejo entrar a la muerte
                      que con sus cantos llama a mi puerta
vestida con sus más sutiles ropajes y me invita al gran descanso.

Nazim Hikmet





sábado, 30 de agosto de 2014

Confesiones de una intransigente X


 



Qué bueno poder decir siempre
no como un adverbio
no de tiempo
sino como un incondicional

Qué bueno poder decirlo
con certeza
con absoluta certeza
aun sabiendo que lo absoluto
es nada
no existe

Qué bueno saber
que alguien lo sabe.

Monalisa




martes, 26 de agosto de 2014

Centenario de Cortázar





Todo lo que precede es como lo primeros momentos de un encuentro después de mucho tiempo: sonrisas, preguntas, lentos reajustes. Es raro, me pareces menos morena que antes. ¿Se mejoró por fin tu tía abuela? No, no me gusta la cerveza. Es verdad, me había olvidado.
Y por debajo, montacargas de sombras, asciende despacio otro presente. En tu pelo empiezan a temblar las abejas, tu mano roza la mía y pone en ella un dulce algodón de humo. Hueles de nuevo a sur

---o0o---

A mucho más allá del mezzo
del cammin di nostra vita
existe un territorio del amor
un laberinto más mental que mítico
donde es posible ser
lentamente dichoso
sin el hilo de Ariadna delirante
sin espumas ni sábanas ni muslos.

---o0o---

Y aquello tan de Cortázar, tan tan suyo:


                                                         La justa errata

Habernos encontrado al fin del día
en un paseo público

Julio Cortázar en sus poemas para Cris, de “Salvo el Crepúsculo”. Alfaguara


                                                                  ---o0o---


Y el imprescindible párrafo del capítulo 93 de Rayuela:

"Lo que mucha gente llama amar consiste en elegir a una mujer y casarse con ella. La eligen, te lo juro, los he visto. Como si se pudiese elegir en el amor, como si no fuera un rayo que te parte los huesos y te deja estaqueado en la mitad del patio.Vos dirás que la eligen porque-la-aman, yo creo que es al revés. A Beatriz no se la elige, a Julieta no se la elige. Vos no elegís la lluvia que te va a calar hasta los huesos cuando salís de un concierto."


Tantas horas, tantas y tan buenas, leyendo a Cortázar: sus poemas, sus cuentos, todos sus cuentos. Y Rayuela, siempre Rayuela


Cronopio Cortázar





miércoles, 20 de agosto de 2014

La gƏntƏ dicƏ








La gente dice que me he vuelto loco
Porque no uso corbata
Ni sombrero. O porque me enamoro
Siempre cuando llueve
O hace frío. La gente se ríe
De mi corazón cuando estornudo
Cuando lloro o cuando respiro
Pero la verdad es que la gente
Detesta mi cara de payaso
Asustado. Y sobre todo mi bolsillo
Siempre vacío y la oscuridad
En que me muevo entre destello
Y destello

Jorge Eduardo Eielson



sábado, 16 de agosto de 2014

PREGUNTA






me preguntó el altivo poeta
¿ a dónde quería llegar ?

a una mecedora al abrigo de las retamas
y la tarde cayendo sobre el espejo de la charca
empañado por las patas de las garzas

y si puede ser / que lilen los lilos

le contesté



Eladio Orta en "Ridiculum Vitae"





miércoles, 13 de agosto de 2014

motivos






Ayer volví a ver una película -¡qué importa cuál sea!- que me ha enseñado, con más claridad que nunca,  que lo que no se dice es siempre lo más importante, que los motivos por los que no se dice son siempre los más poderosos, porque esos motivos podrían destrozarnos. Y me ha enseñado también que el mundo es de los locos, de los que no acatan, de los que sueñan, de los que son capaces de romper barreras, porque de lo contrario esas barreras acabarán contigo. Y que es posible que aun así te maten.

Monalisa





viernes, 8 de agosto de 2014

casi una oración





Los amantes de las grandes cosas
de lo enorme, lo llamativo, lo titánico
lo que ellos creen grandioso y admirable
en su afán de exhibirse para su gloria
cotidianamente calculada
no sabrán ver nunca que la vida
está hecha de pequeños gestos
de valiosísimas pequeñeces.

Un vaso de agua fresca en la tarde de verano
ofrecido por la mano de quien has esperado siempre
una pequeña flor cualquier día del año
una sonrisa como un guiño secreto en medio de la multitud
un abrazo a plena luz del día sin ningún porqué
y aun en la íntima penumbra de la alcoba
la quietud del cuerpo a cuerpo bebiendo la armonía
la pincelada roja de Vermeer en la memorable boca
tu mirada clavada en la mía que contiene
la historia universal de todo lo humano
incluso el apartar la mirada cuando las palabras duelen
las cosas tan sencillas que te cuentan al oído
la paz de un alma en paz
la canción que escuchaste mil veces
porque te hace recordar y temblar
saltar por encima de una sombra que te cerca
la dedicatoria que un día recibiste es mucho más que
cuatro letras en tinta negra que alguien pensó para ti
la llamada inesperada de tanta espera
para escuchar tu voz en medio del ruido
la satisfacción de no necesitar mentir ni fingir
el cálido y luminoso arrullo del tú y yo
la palabra leída que te hace cerrar el libro y respirar
y soñar
el regalo recibido sin necesidad de excusa ni ocasión
romper la tristeza de otro con paciencia de artesano
un dedo que roza tu piel sin esperarlo
con tanta ternura
que alguien te abra la puerta y diga “esta es tu casa”
si me necesitas llámame
la luz del ocaso de cualquier día
el sonido del timbre sabiendo que eres tú
las arruguitas que se hacen en torno a tus ojos cuando ríes
porque eres tú y ríes y eres tú
y ríes.
La libertad

Los amantes de las grandes obras no tienen otra cosa que dar
sólo es magnitud, cantidad, metros y nada más.
Se encierran en sus atalayas y son ellos
ellos son y nada más. Vasallos de sí mismos
leones reinando en un desierto vacío
no sabrán agradecer la mano que aplaca su sed
ni la que intentó rescatarlos de la sequía
no saben que en el silencio y la quietud se encuentra la verdad
no son libres encadenados como están a su gran éxtasis efímero
y encerrados en su mundo suyo y de nadie más
no ven que el empeño es vano que están atados y solos
torpes
tan torpes que no saben ni quieren mirar
nunca sabrán perdonarse ni quererse ni sabrán querer
no ven más que el objeto de perpetuarse en su vanidad
y un triste humo negro venden al peso.

Sólo quien ve que la pluma es lo que hace al ave
será libre y sabrá amar
Será libre

Monalisa




martes, 5 de agosto de 2014

cumpleaños






que mi corazón esté siempre abierto a los pequeños
pájaros que son los secretos de la vida
lo que sea que ellos canten es mejor que conocer
y si los hombres no los escuchan son hombres viejos

que mi mente pueda deambular hambrienta
y sin miedo y sedienta y flexible
y aun si es domingo que yo pueda estar equivocado
pues cada vez que un hombre tiene razón no es joven

y que yo mismo no pueda hacer algo útil
y amarte más que verdaderamente, mucho más
nunca ha habido alguien tan tonto como para fracasar
al cubrirse con todo el cielo con una sola sonrisa

E.E.  Cummings




jueves, 31 de julio de 2014

A VECES




 



A veces
            alguien te sonríe tímidamente en un supermercado
            alguien te da un pañuelo
            alguien te pregunta con pasión qué día es hoy en la sala de espera del dentista
            alguien mira a tu amante o a tu hombre con envidia
            alguien oye tu nombre y se pone a llorar.

A veces
            encuentras en las páginas de un libro una vieja foto de la persona que amas y
                 [eso te da un tremendo escalofrío
           vuelas sobre el Atlántico a más de mil kilómetros por hora y piensas en sus ojos
                 [y en su pelo
            estás en una celda mal iluminada y te acuerdas de un día luminoso
            tocas un pie y te enervas como una quinceañera
            regalas un sombrero y empiezas a dar gritos.

A veces
            una muchacha canta y estás triste y la quieres
            un ingeniero agrónomo te saca de quicio
            una sirena te hace pensar en un bombero o en un equilibrista
            una muñeca rusa te incita a levantarle las faldas a tu prima
            un viejo pantalón te hace desear con furia y con dulzura a tu marido.

A veces
             explican por la radio una historia ridícula y recuerdas a un hombre que en vida
                 [fue tu amigo
            disparan contra ti sin acertar y huyes pensando en tu mujer y en tu hija
            ordenan que hagáis esto o aquello y enseguida te enamoras de quien no hace ni
                 [caso
            hablan del tiempo y sueñas en una chica egipcia
            apagan lentamente las luces de la sala y ya buscas la mano de tu amigo.

A veces
            esperando en un bar a que ella vuelva escribes un poema en una servilleta de
                 [papel muy fino
            hablan en catalán y quisieras de gozo o lo que sea morder a tu vecina
            subes una escalera y piensas que sería bonito que el chico que te gusta te
                 [violara antes del cuarto piso
            repican las campanas y amas al campanero o al cura o a Dios si es que existiera
                 [miras a quien te mira y quisieras tener todo el poder necesario para mandar
                 [que en ese mismo instante se detuvieran todos los relojes del mundo.

A veces
            sólo a veces gran amor.

J.A. Goytisolo




sábado, 26 de julio de 2014

canción de vida


Para la nueva vida que llega con nombre de fado.




Amor de vida recién llegada
Mira la luna tierna y creciente
Acunando esa carita adorada.
Linda niña, flor de miel celeste
Imagina la vida esperanzada
Andando hacia ti para quererte.


Monalisa










jueves, 24 de julio de 2014

INSOMNIO





Quedo distante de los sueños.
Abandona mi frente su marea,
avanzo entre las piedras calcinadas
y vuelvo a dar al cuarto que me encierra:
aguardan los zapatos, los lazos de familia,
los dientes de sonreír
y la impuesta esperanza:
mañana cantarán las sirenas.
                                            (Y en mi sangre
otro canto se eleva: Yo no digo 
mi canción sino a quien conmigo va...)

Sórdido fabricante de fantasmas,
de pequeños dioses oscuros,
polvo, mentira en la mañana.
Desterrado de la cólera y de la alegría,
sentado en una silla, en una roca,
frente al ciego oleaje: tedio, nada.

Atado a mi vivir
y desasido de la vida.

Octvio Paz




lunes, 21 de julio de 2014

SABIENDO QUE ERES MAR






Sabiendo que eres agua, que eres sal,
que en la fuente primera de tus pies,
antes de que los dioses despertaran,
tu sangre no era roja todavía,
y eran olas el tono de tus voces,
tus latidos, tus pasos vacilantes,
la luz de tus pupilas y tu aliento,
y esa risa que envidian las gaviotas;

sabiendo que eres mar azul y blanco;

sabiendo que eres playa, espuma, brisa,
luna de amaneceres, sol nocturno,
y que tanto te abruman los teléfonos,
las listas de correos, los periódicos
y el gris asfalto de las autopistas;

sabiendo como sabes todo eso,
¿cómo no levar anclas de una vez
y salir a buscarla en alta mar?


Joaquín Copeiro  en "Desde tierra adentro"




jueves, 17 de julio de 2014

tacto feliz






De la mujer que amo he aprendido
la canción del silencio. Ahora sé
lo que tú me decías sin palabras.
Tacto febril, amor, cuando en la noche
conversas con mi piel, cuando apareces
brotando entre los cuerpos cotidianos,
deshaciéndote en golpes,
no dejes, no, que las primeras luces
empañen mi contorno,
que la palabra rompa este momento
de comprensión total.
Tacto feliz,
prosigue, te esperaba.

José Agustín Goytisolo




sábado, 12 de julio de 2014

En la mañana del mundo





Apenas la caricia de tu mano.
Mi piel es de cristal cuando me tocas.
¿Qué apaciguada luz, qué temblor hecho brasa
se deslíe en mis ojos si me miras?
¿Dónde hiere tu risa y por qué hiere
si con ella me abres la mañana del mundo?
Tu existir me hace un dios y tú me creas.
No hay mayor claridad ni otro misterio.

Abelardo Linares en "Espejos" 




la loca del pelo rojo



Otto Dix


Desde que te tengo
sé que nunca volveré a estar sola
y que la soledad no es cosa
de presencia.
Es difícil entender
que la vida, el tiempo
o vaya usted a saber qué
nos lleve por caminos separados.
Aún llevo entre las manos
puñados de cosas que tengo que decirte
y, sobre todo, tanto para darte
y llevo hilos de luz que quedaron entre mis dedos
cuando las últimas caricias

Aún no sé medir el tiempo sin ti

Y tengo que dejarte ir como si
nada entre nosotros hubiera temblado
y ya nada fuese a unirnos.
Sé que nunca tendré algo
a lo que pueda llamar nuestro
ni podré mirar contigo la palabra ahora
quizá tampoco tuvimos nunca un pasado
No lo sé

Nunca sabré nada de ti

Y sin embargo
todos los días abro los ojos y tú
no estás y estás en mí
y todos los días
me duermo (si lo consigo)
sin saber nada de ti

Cae la luz y tú no estás
y yo tengo que vivir
así
como si me faltase el aire
como si las flores no fuesen a abrirse
de nuevo en primavera.
Lamentando todos los errores que he cometido
tantas cosas que no supe decirte
preguntándome
qué y cómo sería
poder mirarte cada día.

Quiero que me recuerdes por lo que fue
o tal vez por lo que nunca podrá ser

Dicen que es cuestión de tiempo
pero yo no lo creo.

Monalisa 




miércoles, 9 de julio de 2014

sonrisas





De tu presencia guardo, sobre todo,
las huellas que dejaron
tus primeras sonrisas
en la confusa sombra
de mi melancolía.

Jesús Munárriz




domingo, 6 de julio de 2014

NUEVO DÍA





Después de tantos días sin casa
y sin dolor siquiera y las campanas solas
y el viento oscuro como el del recuerdo
llega el de hoy.

Cuando ayer el aliento era misterio
y la mirada seca, sin resina,
buscaba un resplandor definitivo,
llega tan delicada y tan sencilla,
tan serena de nueva levadura
esta mañana...

Es la sorpresa de la claridad,
la inocencia de la contemplación,
el secreto que abre con moldura de asombro
la primera nevada y la primera lluvia
lavando el avellano y el olivo
ya muy cerca de mar.

Invisible quietud. Brisa oreando
la melodía que ya no esperaba.
Es la iluminación de la alegría
con el silencio que no tiene tiempo.

Grave placer el de la soledad.
Y no mires al mar porque todo lo sabe
cuando llega la hora
adonde nunca llega el pensamiento
pero sí el mar del alma,
pero sí este momento del aire entre mis manos,
de esta paz que me espera
cuando llega la hora
-dos horas antes de la medianoche-
del tercer oleaje, que es el mío.

Claudio Rodríguez




jueves, 3 de julio de 2014

GRACIAS A LOS ZAPATOS






Soy poco importante.
Jamás lo olvido.
Camino como alguien poco importante,
me siento como alguien poco importante,
me lavo, duermo y como de un modo
absolutamente poco importante.
Esto se debe, parece ser,
a que en la infancia
siempre tuve zapatos rotos.
Gracias a esos zapatos
sin sobresalto daré la bienvenida
en algún momento poco importante
al poco importante hecho de pasar
oficialmente
al estado de poca importancia colectiva.

Anna Świrszczyńska





martes, 1 de julio de 2014

tanta vida





Esta mañana por la calle
una chica muy joven
lloraba mientras hablaba por teléfono
su barbilla se arrugaba
su nariz estaba roja
se ha puesto las gafas de sol
como si eso la apartara del resto del mundo
porque para ella el mundo era sólo ese momento
y lo que hubiera tras esas lágrimas


En la zapatería
una viejita se probaba los zapatos que su hija le calzaba
ella miraba fijamente al suelo
no miraba ni a las caras de la gente
ni siquiera la de su hija
ni la luz que entraba por el escaparate
ni a las dependientas que le hablaban
su mundo estaba concentrado en esa mirada perdida
fijada en un punto del suelo
en el que tal vez estuviera toda su vida


En la consulta del médico
una joven madre
miraba ensimismada a su bebé sentado en su sillita
una mirada de amor intenso
miraba emocionada esa carita linda
entrañablemente
los unía una línea que va más allá de la vida común
era toda su sangre y su futuro lo que la sustentaba
todo el mundo de la joven madre estaba en los ojos de su bebé


Yo les miraba a todos ellos para sentir la vida
y sus mil matices
para ahuyentar el vacío y la soledad
puede que ni siquiera tenga un mundo
para permanecer o apartarme

Monalisa





domingo, 29 de junio de 2014

suerte






Aún tuve suerte:
al menos amaste mi cuerpo,
aunque fuera con la desesperanza
de la última oportunidad.
Aún tuviste suerte:
al menos amé tu cuerpo,
aunque fuera con la ingenuidad
de la primera vez.

Berna Wang





miércoles, 25 de junio de 2014

In memoriam


Ha muerto Ana María Matute: "La niña de los cabellos blancos"

Un buen homenaje es este documental: Imprescindibles




Que la tierra le sea leve.






La enamorada






Está de pie sobre mis párpados
y su cabello está en los nuestros,
tiene la forma de mis manos,
tiene el color de mis ojos,
se absorbe en mi sombra
como una piedra sobre el cielo.

Tiene siempre los ojos abiertos
y no me deja dormir.
Sus sueños en plena luz
hacen evaporarse los soles
me hacen reír, llorar y reír,
hablar sin tener nada que decir.

Paul Éluard



*Hay varias versiones, yo he preferido ésta.




lunes, 23 de junio de 2014

Tu rostro



 Caravaggio

Donde los demás pusieron la mentira
Quedó el testimonio de tu rostro
Puro y verdadero como la muerte

Quedó tu rostro que nadie conoce
Tu deseo siempre anochecido
Quedó el ritmo exacto de la mala suerte
Y el jardín prohibido.

Sophia de Mello





sábado, 21 de junio de 2014

la vida para compartir

Hossein Zare


La noche no es nunca completa.
Hay siempre, ya que lo digo,
ya que lo afirmo,
al final de la desdicha
una ventana abierta,
una ventana iluminada.
Hay siempre un sueño que vela,
deseo que colmar,
hambre que calmar,
un corazón generoso,
una mano tendida,
una mano abierta,
ojos atentos,
una vida: la vida para compartir.

Paul Éluard




miércoles, 18 de junio de 2014

Me identifico






"Por otra parte, siempre me interesaron las personas -incluidas por la tragedia griega, que trazó algunos no despreciables y aproximativos esbozos de ellas-  cuyo destino, por un misterioso designio de lo arcano, no era el destino de los que vivían a su alrededor."

Carlos Álvarez en la introducción de "Aullido de licántropo" (Bartleby Editores)



Y en una triste noche me aguijaba
la pavorosa espuela de mis pasos...
Sentirse caminar sobre la tierra
cosa es que lleva al corazón espanto.
Y es que la tierra ha muerto... Está en la luna
el alma de la tierra.
                                                 
 ANTONIO MACHADO


(Así comienza el libro)



*Comencé a leer este libro hace años pero, por circunstancias que no vienen al caso, lo perdí. Ahora disfruto, de nuevo, con él.




martes, 17 de junio de 2014

Si fueras







AH, SI FUERAS tú posible todavía!
Si pudieras pronunciar
de nuevo tu palabra
en un momento sin tiempo
y hacer como aquél día primero,
que todo fuera posible:
Como regresar cantando
a casa. Yo inventaría
entonces para ti
un alfabeto nuevo,
donde amar consistiera
en pronunciar lentamente esa palabra,
con todas sus letras
y tu propio acento, a toda hora
y en un lugar sin fecha
que fuese meta y partida —y
regreso a cada paso, al mismo tiempo.

 Miguel Veyrat, en “La voz de los poetas” 




lunes, 16 de junio de 2014

Sanar








Sanar
aunque la piedra sangre
aunque la risa duela

Hay que nadar contracorriente
contra uno mismo
no hay otra salida

Sanar

Monalisa




jueves, 12 de junio de 2014

Yo en ti







Yo ya te busqué cuando el mundo era una piedra intacta.
Cuando las cosas buscaban sus nombres
yo ya te buscaba.
Yo ya te busqué
donde empiezan los mares y los valles.
Cuando Dios buscaba compañía
yo ya te buscaba.
Yo ya te llamé
cuando solo la voz del viento sonaba.
Cuando el silencio llamaba por las palabras
yo ya te llamaba.
Yo ya te amé
cuando el amor era una hoja blanca.
Cuando la luna amaba las otras cumbres
yo ya te amaba.
Siempre, desde la nieve
de los tiempos yo, en tu alma.

Celso Emilio Ferreiro