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jueves, 30 de octubre de 2014

Viaje





Estoy pensando en ti dentro de un tren
parado en la estación de una ciudad
en la que nunca estuve.
Una estación de andenes fatigados.
De difícil crepúsculo.
Cuando se acaba el tiempo
es tan desolador atreverse a soñar.

El tren arranca y cruza frente a unos edificios.
Detrás de una ventana iluminada
distingo el interior: es un instante
con las vagas sospechas de unas vidas.
Tampoco es mucho más lo que conozco
de lo que hemos llamado nuestro amor.

Joan Margarit en "Misteriosamente feliz"




jueves, 23 de octubre de 2014

Vivo allí donde estuve




Desde un lugar que aprendo
a registrar cada mañana, vuelvo
sobre mis pasos y te aguardo
allí donde estoy solo.
                                   Matinal
ofertorio del sueño, donde escribo el nombre
de tu vida, te vas desentrañando
entre las hoscas hojas conjuradas
de la noche. Eres la privación
donde me sacio, la apremiante
verdad con que te niego
cada día, el cuerpo intranspirable
donde acude de nuevo lo perdido.

Vivo allí donde estuve,
junto al mar delirante, libre
velocidad inmóvil orillada
de fuego, bosque espectral
de la alegría.
                      ¿Qué me queda
de aquel itinerario, habitaciones
clandestinas, subalternos refugios
del amor, qué me queda
después del sortilegio? Ser
feliz un instante y perderme mientras
vuelvo sobre mis pasos cada día.

José Manuel Caballero Bonald en "Quién sino tú"




domingo, 19 de octubre de 2014

Después del incendio



 Bruno Catalano

Tengo que recoger mis escombros
darles la forma humana que tenían
y seguir adelante

Que no haya brasas en los ojos
ni nubes de humo negro en el alma

Algunas cicatrices
por aquí y por allá son aceptables

Lo demás es echarse el dolor a la espalda
limpiarse las cenizas
y continuar andando

Óscar Hahn en "Señales de vida"




lunes, 13 de octubre de 2014

en tus ojos





Llegar desde mi isla
al bosque de tus ojos

Me envuelves en la noche

Voy desde mi centro
hasta tus párpados

Monalisa




sábado, 4 de octubre de 2014

Nadie está solo






En este mismo instante
hay un hombre que sufre,
un hombre torturado
tan sólo por amar
la libertad. Ignoro
dónde vive, qué lengua
habla, de qué color
tiene la piel, cómo
se llama, pero
en este mismo instante,
cuando tus ojos leen
mi pequeño poema,
ese hombre existe, grita,
se puede oír su llanto
de animal acosado,
mientras muerde sus labios
para no denunciar
a los amigos. ¿Oyes?
Un hombre solo
grita maniatado, existe
en algún sitio. ¿He dicho solo?
¿No sientes, como yo,
el dolor de su cuerpo
repetido en el tuyo?
¿No te mana la sangre
bajo los golpes ciegos?
Nadie está solo. Ahora,
en este mismo instante,
también a ti y a mí
nos tienen maniatados.

José Agustín Goytisolo