Seguidores

viernes, 15 de diciembre de 2017

Secreto





           LV

Sobre tu lengua
viaja siempre un secreto
que te desnuda.

Jorge Boccanera en "Palma Real". Visor de Poesía.




martes, 5 de diciembre de 2017

Sonrisa








                           VIII


En la corteza de los árboles, grabo estos
pensamientos:
       Cuando sonríes
                se suavizan las piedras
       que me aprisionan.

Jorge Boccanera en "Palma Real". Visor de poesía.




jueves, 16 de noviembre de 2017

Un arte





El arte de perder se domina fácilmente;
tantas cosas parecen decididas a extraviarse
que su pérdida no es ningún desastre.

Pierde algo cada día. Acepta la angustia
de las llaves perdidas, de las horas derrochadas en vano.
El arte de perder se domina fácilmente.

Después entrénate en perder más lejos, en perder más rápido:
lugares y nombres, los sitios a los que pensabas viajar.
Ninguna de esas pérdidas ocasionará el desastre.

Perdí el reloj de mi madre. Y mira, se me fue
la última o la penúltima de mis tres casas amadas.
El arte de perder se domina fácilmente.

Perdí dos ciudades, dos hermosas ciudades. Y aun más:
algunos reinos que tenía, dos ríos, un continente.
Los extraño, pero no fue un desastre.

Incluso al perderte (la voz bromista, el gesto
que amo) no habré mentido. Es indudable
que el arte de perder se domina fácilmente,
así parezca (¡escríbelo!) un desastre.



Elisabeth Bishop





martes, 17 de octubre de 2017

mantiene las estrellas separadas




(...)

Este es el secreto más profundo que nadie conoce...

(Esta es la raíz de la raíz
y el brote del brote
y el cielo del cielo de un árbol llamado vida;
que crece más alto de lo que el alma pueda esperar... o la mente ocultar)

Es la maravilla que mantiene las estrellas separadas
Llevo tu corazón
(lo llevo en mi corazon)

 e.e. Cummings




martes, 26 de septiembre de 2017

Luz



 




Hoy puedo estar contigo. He deseado
para ti todo el bien y me acompaña
la bondad del amor. A ti te debo
gozar en soledad la compañía
más difícil del hombre, la que tiene
consigo mismo. No me causa miedo
reconocerme, ni busco a nadie, no.
Le has dado a mi semblante sin saberlo
una luz interior que me hace fuerte,
para vencer mayores soledades.

Manuel Altolaguirre





sábado, 5 de agosto de 2017

Uno más




Aquí tienes mi mano, la que se levantó
de la tierra, colmada como espiga en agosto.
Aquí están mis sentidos
de red afortunada,
mi corazón, lugar de las hogueras,
y mi cuerpo que siempre me acompaña.

He venido, feliz como los ríos,
cantando bajo un cielo de sauces y de álamos
hasta este mar de amor hermoso y grande.

Yo ya no espero, vivo.

Rosario Castellanos



jueves, 27 de julio de 2017


 


Tu pelo siempre es el musgo suave
que se desliza en mis dedos como la arena de una playa.
Me gusta que quede en mi piel alguno de tus hilos
que descubro cuando ya te has ido.

En tus ojos veo las cosas que no me dices
el secreto de la vida, el misterio que nos mueve
y otros mundos imaginarios.
En ellos está la grandeza del pasado
y el enigma de un futuro incierto.

Bajo un poco más y en tu boca me espera
la calidez cuando es invierno
y el frescor en el calcinante sol del verano.
Lirios voraces tus labios, ahora callados,
que me turban y me mantienen.
Me gusta naufragar en su margen húmedo
cuando están casi cerrados.

Más abajo me detengo en tus manos
allí está la historia que dibujas en tus actos
y es el hueco en que me recojo
cuando necesito un lugar seguro
que me sane del mal de vida.
Colócalas así, con la forma exacta de mi cuerpo.

En tus pies la pasión del camino que has andado.
Tu dolor y tu risa.
Y la dulzura del roce mañanero
que me hace ser quien soy ahora.

Monalisa



domingo, 11 de junio de 2017

Ya ves qué tontería






Ya ves qué tontería,
me gusta escribir tu nombre,
llenar papeles con tu nombre,
llenar el aire con tu nombre;
decir a los niños tu nombre
escribir a mi padre muerto
y contarle que te llamas así.

Me creo que siempre que lo digo me oyes.
Me creo que da buena suerte:
Voy por las calles tan contenta
y no llevo encima nada más que tu nombre.

Gloria Fuertes




lunes, 27 de marzo de 2017

Ganarás la luz





No en la primera sino en la última página
de la crónica es donde está escrito el nombre
verdadero del héroe; y no al comenzar sino
al acabar la jornada, es cuando acaso pueda
decir el hombre cómo se llama.

<    ***   >


Filósofos,
para alumbrarnos, nosotros los poetas
quemamos hace tiempo
el azúcar de las viejas canciones con un poco de ron.
Y aún andamos colgados de la sombra.
Oíd,
gritan desde la torre sin vanos de la frente.
¿Quién soy yo?
¿Me he escapado de un sueño
o navego hacia un sueño?
¿Huí de la casa del Rey
o busco la casa del Rey?
¿Soy el príncipe esperado
o el príncipe muerto?
¿Se enrolla
o se desenrolla el film?
Este túnel
¿me trae o me lleva?
¿Me aguardan los gusanos
o los ángeles?
Mi vida está en el aire dando vueltas.
¡Miradla, filósofos, como una moneda que decide! ¿Cara o cruz?
¿Quién quiere decirme quién soy?
¿Oísteis?
Es la nueva canción,
y la vieja canción
¡Nuestra pobre canción!
¿Quién soy yo? ... ¿Águila o sol? ...
- Mirad. Perdí... Filósofos, perdí.
Yo no soy nadie.
Un hombre con un grito de estopa en la garganta
y una gota de asfalto en la retina.
Yo no soy nadie.
Y no obstante, estas manos, mis antenas de hormiga,
han ayudado a clavar la lanza en el costado del mundo
y detrás de la lupa de la luna hay un ojo que me ve como a un microbio royendo el corazón de la Tierra.
Tengo ya cien mil años y hasta ahora no he encontrado otro mástil de más fuste que el silencio y la sombra donde colgar mi orgullo;
tengo ya cien mil años y mi nombre en el cielo se escribe con lápiz.
El agua, por ejemplo, es más noble que yo.
Por eso las estrellas duermen en el mar
y mi frente romántica es áspera y opaca.
Detrás de mi frente -filósofos, escuchad ésto bien-,
detrás de mi frente hay un viejo dragón:
el sapo negro que saltó de la primera charca del mundo
y está aquí, aquí, aquí
agazapado en mis sesos,
sin dejarme ver el Amor y la Justicia.
Yo no soy nadie, nadie.
Un hombre con un grito de estopa en la garganta
y una gota de asfalto en la retina... yo no soy nadie, filósofos...
y éste es el sólo parentesco que tengo con vosotros.

León Felipe en "Ganarás la Luz", de us Obras Completas. Ed Visor de Poesía




sábado, 25 de febrero de 2017

La linterna mágica




Toman cuerpo los días
buscándose en la línea del pasado.

El oleaje antiguo de estos parques
que susurran el frío como voces de plata,
los amigos fugaces que deslizan un sueño
no sospechado antes en nosotros
o estas viejas ciudades
que demuestran seguras la vaguedad secreta
de los mapas
que recorren las gentes al azar,
parecerán felices cuando el tiempo
dibuje el contorno de las fechas
y salte las razones y oculte sus hallazgos
y suponga un espacio sin reservas,
alejado y dichoso, como un puerto
al que no llegaremos nunca.

Luis Muñoz en "Limpiar pescado" de Visor de Poesía.






martes, 7 de febrero de 2017

HIC ET NUNC





La nobleza, las grandes palabras, qué mal le van
a esta ternura sin mejillas que tocar,
a esta lengua sin labios que entender.
Envilece un amor así que rebota en las paredes del cuarto
o se va cayendo a pedazos de palabras, esto.

Es inútil la argucia y la esperanza,
somos la previsión,
los ojos y la boca orientados al viento. ¿Qué me vale
lo que fue, la suave crónica?
Siempre andaré buscándote en el hoy
de esta ciudad, de esta hora.
Si me doy vuelta, oh Lot, eres la sal
donde mi sed se hace pedazos.

Mira de qué sustancias vivo,
pero no me tengas lástima, yéndote así
todavía más.

Julio Cortázar en "Pameos y Meopas"




domingo, 15 de enero de 2017

Resistencia






(...)

Me agarraba a los bordes de mi herida. Mis uñas son aún mi salvación. No caer. Resistir contra aquella asamblea, contra Europa y sus palaciegos emisarios, contra el siglo y sus cristales fronterizos. contra mis habitantes infecciosos, contra la pústula internacional, contra la mueca nuclear, resistir. Resistir esas agresiones, ese Merlín apóstata que transforma el pasado en herida, el presente en herida, el futuro en una colosal carcajada de loco. Colosalmente resistir, como un interrogado. Resistir: una elección, la única.

Luego vino el fracaso de los médicos, el fracaso del desenfreno, el fracaso de la esperanza: mi libertad crecía como otra deuda, infinitesimal y celular. Todo era libertad y desgracia. Vomité un juramento increíble y entonces, sólo entonces, pedí a gritos socorro a las palabras.

Pues, danzarines espúreos, genuflexos, abominables, ¿qué imaginabais que fuera un poeta?

Felix Grande en "Puedo escribir los versos más tristes esta noche" de Baterbly Editores